lunes, 10 de diciembre de 2012

El espejo del alma...

Seamos sinceros...en una cantidad grande de ocasiones sonreímos y eso, ¿a qué se debe? Quizás sea porque la ocasión lo merece, porque te han contado un chiste, porque alguien te alegró el día o simplemente porque te apetece sonreír. Sí amigos... a veces, por no decir la mayoría de las veces, sonreímos sin un motivo aparente o con sentido. ¿Nunca os ha sucedido eso de salir a la calle y que por el hecho de que haya salido el sol sonrías? y no porque el sol sea un motivo de felicidad más destacado que el hecho de que el día está nublado...porque yo he llegado a sonreír incluso más por el hecho de que llueva en verano, por ejemplo...
Pero lo que a mí me inquieta es por qué tenemos la necesidad o el impulso de sonreír. ¿Es un signo de felicidad? Supongo... pero en ocasiones también lo hacemos como un reflejo de nuestra tristeza. Lo que quiero decir con esto es que no es necesario nada, ni una situación ni un chiste para sonreír...es más, las mejores sonrisas para mi son aquellas que nadie me ve, aquellas que salen y no sabes por qué. Sí, esas con las mejores, esas sonrisas que no sabes su por qué, pero que son las que más aprovechas.
¿Es necesario sonreír? Sí. Y no acepto un "no" a esa respuesta; ni siquiera aceptaría un por qué es necesario. La sonrisa es el espejo del alma, opino. Y a nivel personal, para mí, es el símbolo más internacional y característico de alguien. Y ya saben lo que no que opinan los más expertos, "sonreír alarga la vida", así que, sonriamos, y que cada sonrisa sea mejor que la anterior.

lunes, 23 de abril de 2012

Un círculo vicioso

Alguien me dijo una vez que si deseas algo con fuerza y empeño se acaba cumpliendo o consiguiendo...
Olvidaron añadir que ese algo debería ser posible.
Pero me niego a rendirme. Después de mucho tiempo pensando la forma de conseguir algo no necesariamente posible, encontré la manera: soñando. Por eso ahora me paso el día deseando que llegue la noche para soñar con aquello que deseo. Pero no por ello tengo menos ganas de levantarme por las mañanas, porque necesito pensar en cosas que pueda desear para después soñarlas...
Esto se ha convertido en un círculo vicioso.


"Aniñizando"

Es curioso pero desde hace unos días me he dado cuenta de que no me hago más vieja... No sé como explicarlo, pero lo más normal es que a medida que pasan los días y la suma de días en años, la gente sienta que envejece; vamos lo más normal de mundo. Pero yo no siento eso, es más, estoy convencida de que voy al contrario del tiempo. A cada día que pasa me siento más niña, estoy aniñizándome. Y es que, cada vez disfruto más de todo en general como cuando éramos niños: me siento más feliz que nunca saltando encima de un colchón, me intriga más que nunca abrir un regalo, mi ilusión es pensar que aventura me espera desde el momento en que me levanto, me encanta correr bajo la lluvia, me gusta coger de la bolsa de los sugus sólo los de fresa.... Vamos que cada día me gusta más hacer las cosas que hacen los niños.
La gente pensará que estoy loca. Yo prefiero calificarme como una niña grande que ha conocido el mundo aburrido de los adultos y prefiere volver al pasado...

Servicio a domicilio.

¿Te imaginas poder pedir por teléfono aquello de lo que carezcas en un día y que te lo traigan a casa?
Sería algo así como pedir una pizza de estas que te traen a domicilio. ¡Eso es! Ya que nos ponemos a imaginar, ¿porque no recibir esa carencia en forma de porción de pizza? Sería divertido poder comerte hoy una porción de felicidad, mañana una de diversión, pasado una de intriga... 
Sinceramente pienso que se forrarían.

Y ahora que lo pienso: tengo hambre, ¿de qué pido una porción hoy?

sábado, 21 de enero de 2012

Tú eliges.

A veces el destino te pone piedras en el camino, piedras que puedes esquivar. 
Pero llega un momento que el destino se aburre y te reta a esquivar todo un bloque de piedra. Entonces el destino se ríe; sabe que éste no será tan fácil de esquivar.
Puedes tener la suerte de conseguir, con mucho empeño y esfuerzo, apartar ese bloque. O quizás te rindas en el intento. 
Si lo apartas, le darás una lección al destino, la lección de que nada podrá pararte. Y si te rindes sin lograr apartarlo, nunca podrás avanzar y el destino se seguirá riendo de ti el resto de tus días.
Tú eliges.